domingo, 7 de febrero de 2016

SAntidad en medio de la tolerancia

La constitución política de Colombia contempla la libertad de cultos desde el año 1991 [1] Esta ley permitió el avivamiento de la predicación de la palabra, la apertura de iglesias y la evangelización masiva y publica. También dio rienda a la desviación  del evangelio recibido primariamente por manos de los misioneros de sociedades bíblicas traídos por Simón Bolívar dando la posibilidad de adoración a todo tipo de dioses y practicas culticas nocivas para la salvación.
 Este panorama resulta similar al que vivió el pueblo judío cuando el imperio Persa en cabeza de Ciro y su política que se basaba en un amplio respeto de la religión y costumbres de los pueblos sometidos (Abrego de Lacy, 2005) promovió  un mundo de tolerancia religiosa. Es interesante ver la forma en que  Zorobabel aprovecho la libertad de cultos para fortalecer la fe de su nación y guardar sus creencias.
Durante la cautividad babilónica en oposición a la idea del imperio de que los pueblos perdieran su identidad los judíos establecen las sinagogas para permanecer religiosamente estables y monoteístas en medio del exilio.  Sin embargo entre los desafíos más grandes que encontró zorobabel estaba la búsqueda de una identidad judía sin las señales de antaño (templo, festividades, culto) una generación que no había conocido el templo destruido hacia 70 años, un pueblo con influencia  cultural de Babilonia (Abrego de Lacy, 2005)
Este tipo de libertad que brindaba el imperio de turno fue el pretexto para que muchos mezclaran lo santo con lo vil.  Decir que la denuncia de Dios por boca de Hageo (2:14) acerca de la inmundicia del pueblo, hace referencia a la comunidad vecina de Samaria (Esdras 4:3-4) aunque la propuesta suena atractiva la contaminación es concerniente directamente a los actos de la comunidad judía (Abrego de Lacy, 2005)
En paralelo es atractivo pensar que la contaminación del mundo es por el pecado de los no creyentes.  Sin embargo como a la comunidad judía Dios demanda hoy a su pueblo  ser santo en medio de la perversión social, cultural y religiosa que vivimos.
La iglesia Colombiana en medio de una libertad de cultos padece de un “civilismo” perjudicial. En otras palabras si la constitución aprueba una práctica inmoral la dan como aceptada por Dios y hay quien hasta alegan que deben someterse a las autoridades superiores (romanos 13:1).
 Dentro de las congregaciones se hallan personas con todo tipo de conductas inmorales a las que no solo no se ha renunciado, sino que peor  ni siquiera se lucha por vencer. Muchas personas se quejan de no recibir la bendición prometida por el Señor, de estar en condiciones de enfermedad y hasta sufrir fracasos sentimentales. Al examinar detalladamente cada caso se encuentra un común denominador el pecado y la biblia viven en la misma casa.
 El ánimo que recibe Zorobabel por la palabra de Dios en boca de Hageo “volver a la santidad para poder recibir las bendiciones del Señor” (Hageo 2:14-19) es paralelo al ánimo que infunde el Espíritu Santo a través del estudio de la biblia para caminar en integridad delante del Señor.
Si bien la libertad religiosa es usada por Dios para hacer volver el pueblo de su cautividad una vez en casa el Señor interrumpe sus labores llamando su atención a través de la escases. Comienza Dios a limpiar el pueblo para que puedan presentarse ante Él y experimentar la gloria postrera.
Que mejor revelación de la gloria postrera del Señor que los pies de Jesús entrando al templo de Herodes. El mensaje de Hageo implica que reconstruir el templo es la manifestación religiosa  de la esperanza del cumplimiento escatológico de la llegada del Mesías (2: 7 -23) y para lograrlo era imperante meditar en el corazón la conducta y convertirse al Señor (2:17) 
 De igual forma caminar en santidad es sinónimo de vivir esperando la venida de Jesús.  ¿Cuántas personas en nuestras iglesias necesitan convertirse al Señor? El reto de una iglesia en medio de la tolerancia religiosa y el ecumenismo característico de esta era es tener una conducta santa y pura delante del Señor. Y así vivir su gloria y tener la capacidad de llevarla al resto del mundo.






Bibliografía

Abrego de Lacy, J.M.(2005) los libros proféticos. Navarra. Verbo Divino. Pp. 231-239
Constitución política (1991) articulo 19 http://www.constitucioncolombia.com/titulo-2/capitulo-1/articulo-19. Descargado 5 de febrero 2016. Bogotá. Colombia

Santa Biblia




[1] Constitución política (1991) articulo 19 http://www.constitucioncolombia.com/titulo-2/capitulo-1/articulo-19. Descargado 5 de febrero 2016. Bogotá. Colombia

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