La
constitución política de Colombia contempla la libertad de cultos desde el año
1991 [1]
Esta ley permitió el avivamiento de la predicación de la palabra, la apertura
de iglesias y la evangelización masiva y publica. También dio rienda a la desviación
del evangelio recibido primariamente por
manos de los misioneros de sociedades bíblicas traídos por Simón Bolívar dando
la posibilidad de adoración a todo tipo de dioses y practicas culticas nocivas
para la salvación.
Este panorama resulta similar al que vivió el
pueblo judío cuando el imperio Persa en cabeza de Ciro y su política que se
basaba en un amplio respeto de la religión y costumbres de los pueblos
sometidos (Abrego de Lacy,
2005) promovió un mundo de tolerancia
religiosa. Es interesante ver la forma en que Zorobabel aprovecho la libertad de cultos para
fortalecer la fe de su nación y guardar sus creencias.
Durante la
cautividad babilónica en oposición a la idea del imperio de que los pueblos
perdieran su identidad los judíos establecen las sinagogas para permanecer
religiosamente estables y monoteístas en medio del exilio. Sin embargo entre los desafíos más grandes
que encontró zorobabel estaba la búsqueda de una identidad judía sin las
señales de antaño (templo, festividades, culto) una generación que no había
conocido el templo destruido hacia 70 años, un pueblo con influencia cultural de Babilonia (Abrego de Lacy, 2005)
Este tipo de libertad
que brindaba el imperio de turno fue el pretexto para que muchos mezclaran lo
santo con lo vil. Decir que la denuncia
de Dios por boca de Hageo (2:14) acerca de la inmundicia del pueblo, hace
referencia a la comunidad vecina de Samaria (Esdras 4:3-4) aunque la propuesta
suena atractiva la contaminación es concerniente directamente a los actos de la
comunidad judía (Abrego de Lacy,
2005)
En paralelo es atractivo pensar que la
contaminación del mundo es por el pecado de los no creyentes. Sin embargo como a la comunidad judía Dios
demanda hoy a su pueblo ser santo en medio de la perversión social, cultural
y religiosa que vivimos.
La iglesia Colombiana en medio de una libertad de
cultos padece de un “civilismo” perjudicial. En otras palabras si la
constitución aprueba una práctica inmoral la dan como aceptada por Dios y hay
quien hasta alegan que deben someterse a las autoridades superiores (romanos
13:1).
Dentro de
las congregaciones se hallan personas con todo tipo de conductas inmorales a
las que no solo no se ha renunciado, sino que peor ni siquiera se lucha por vencer. Muchas
personas se quejan de no recibir la bendición prometida por el Señor, de estar
en condiciones de enfermedad y hasta sufrir fracasos sentimentales. Al examinar
detalladamente cada caso se encuentra un común denominador el pecado y la
biblia viven en la misma casa.
El ánimo que recibe Zorobabel por la palabra
de Dios en boca de Hageo “volver a la santidad para poder recibir las
bendiciones del Señor” (Hageo 2:14-19) es paralelo al ánimo que infunde el Espíritu
Santo a través del estudio de la biblia para caminar en integridad delante del
Señor.
Si bien la
libertad religiosa es usada por Dios para hacer volver el pueblo de su
cautividad una vez en casa el Señor interrumpe sus labores llamando su atención
a través de la escases. Comienza Dios a limpiar el pueblo para que puedan
presentarse ante Él y experimentar la gloria postrera.
Que mejor
revelación de la gloria postrera del Señor que los pies de Jesús entrando al templo
de Herodes. El mensaje de Hageo implica que reconstruir el templo es la
manifestación religiosa de la esperanza
del cumplimiento escatológico de la llegada del Mesías (2: 7 -23) y para
lograrlo era imperante meditar en el corazón la conducta y convertirse al Señor
(2:17)
De igual forma caminar en santidad es sinónimo
de vivir esperando la venida de Jesús. ¿Cuántas
personas en nuestras iglesias necesitan convertirse al Señor? El reto de una
iglesia en medio de la tolerancia religiosa y el ecumenismo característico de
esta era es tener una conducta santa y pura delante del Señor. Y así vivir su
gloria y tener la capacidad de llevarla al resto del mundo.
Bibliografía
Abrego de Lacy,
J.M.(2005) los libros proféticos. Navarra. Verbo Divino. Pp. 231-239
Constitución
política (1991) articulo 19 http://www.constitucioncolombia.com/titulo-2/capitulo-1/articulo-19. Descargado 5 de febrero 2016. Bogotá.
Colombia
Santa Biblia
[1] Constitución política (1991) articulo 19 http://www.constitucioncolombia.com/titulo-2/capitulo-1/articulo-19. Descargado 5 de febrero 2016. Bogotá.
Colombia
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